miércoles, 7 de mayo de 2008

Cerezas y Picotas: rojo pasión y sabor

La Cereza y la picota, que ahora están en su mejor momento, son una gran fuente de vitaminas A y C. Esta fruta de temporada es también una aliada de la belleza: hidrata y suaviza la piel, y potencia el bronceado por su contenido en carotenos.
Cuenta una leyenda serbia que bajo la sombra de los cerezos bailan las Wildas, unas pequeñas hadas que habitan en nubes, bosques y montañas. Para los japoneses, la flor del cerezo es símbolo de pureza, belleza y felicidad; y llevada por el viento, representa la muerte ideal. Son muchas las historias que rodean a este árbol de la familia de las Rosáceas, cuyo suculento fruto hace su aparición en los mostradores de los mercados con los últimos coletazos de la primavera. Ahora podemos disfrutar de todas las propiedades de la cereza en su estado más fresco, sin perder ninguna de sus propiedades.Se pueden distinguir tres variedades de cerezas: la dulce, la ácida –o guinda, empleada en la elaboración de conservas– y la variedad Duke, que es una mezcla de ambas. En España destaca la picota, o cereza sin rabito, que se cultiva en el Valle del Jerte, en Extremadura, donde se obtiene la mayor cosecha de cerezas de nuestro país. Entre las picotas, también hay subgrupos, como las ‘Ambrunés’, ‘Pico Negro’, ‘Pico Limón Negro’ y ‘Pico Colorado’.Todas estas variedades proporcionan vitamina A y vitamina C, además de fibra, potasio y flavonoides –un excelente antioxidante–. Las cerezas son ricas en caroteno –provitamina A–, hierro, magnesio, cobre y zinc. Su proporción de calcio y fósforo está muy equilibrada, es una fruta pobre en grasa, sodio y colesterol, además de ser escasamente calórica, lo que la convierte en un tentempié ideal para quienes quieran guardar la línea.Un 85% de la composición de la cereza es agua. La pulpa es de color rojizo –cambiante según la variedad–, crujiente, firme y de sabor ligeramente ácido. Una acidez que disminuye cuando la fruta está más madura y es más rica en azúcar.Cuando alcanza el periodo de maduración es depurativa, alcalinizante y recomendable muy especialmente para las personas que padecen de artritis y reúma. Una cura de cerezas es una de las mejores limpiezas que se le pueden hacer a nuestro organismo de cara al verano. Y debido a su contenido en fibra y poder laxante, se aconseja también su consumo a quienes sufren de estreñimiento.
El final de la primavera y el verano es la mejor época para disfrutar de todas las propiedades de esta deliciosa fruta.
Aliada de tu belleza
Además de mejorar tu piel, el consumo de cerezas también puede ayudar a reducir la celulitis –protege y refuerza los vasos sanguíneos– y a adelgazar, por su efecto saciante. Además, es buena para eliminar líquidos retenidos.Para disfrutar de todo su sabor es mejor consumir las cerezas frescas, pero nunca demasiado frías. Si se guardan en la nevera es conveniente no amontonarlas ni mantenerlas en su interior durante más de tres días. En verano, la cereza es una excelente opción para consumir fruta no solamente en el postre sino en cualquier momento del día. Por último, una advertencia: para que las degusten los niños menores de cinco años conviene separarles la carne del hueso para evitar atragantamientos.

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