lunes, 22 de septiembre de 2008

"No" a los alimentos contraindicados


No todos los alimentos son nutritivos e incluso algunos, en exceso, pueden resultar perjudiciales. En ocasiones, muchas de nuestras costumbres cotidianas pueden favorecer la acumulación de toxinas en el cuerpo.

La diversidad de alimentos con los que nos abastecemos ofrece, a su vez, un amplio campo de propiedades que se deben tener en cuenta a la hora de llenar la cesta de la compra, porque no todas son igual de recomendables. Existen ingredientes con altos niveles de ácido úrico, otros con alto contenido en grasas o hidratos de carbono y los hay que pueden ser nada beneficiosos en casos de hipertensión.

Grasas poco saludables
El ácido úrico se localiza en la sangre y se elimina a través de los riñones. Su contenido en sangre es de 2 a 4 mg/100 ml, aunque en los hombres suele ser un poco más alto que en las mujeres, hasta 6,8 mg/100 ml.
Hay metabolismos que tienden a que sus niveles de ácido úrico se incrementen, con lo que la concentración en sangre aumenta y puede desembocar en casos de gota, artritis o reumatismo. Las personas con estos porcentajes altos suelen comer y beber en exceso y tienen tendencia al sedentarismo. A esto hay que unir que alimentos como las carnes rojas, las grasas, el marisco, los derivados de la soja y bebidas alcohólicas como el vino tinto y la cerveza pueden contribuir a un aumento en la producción de ácido úrico. Por el contrario, es recomendable una dieta rica en verduras, legumbres, pescado no graso y fruta.
En el mercado podemos encontrar una amplia oferta de productos elaborados, como la bollería, la repostería, las salsas o las patatas fritas, muchos de ellos con altos porcentajes de grasas poco saludables y que no siempre informan en sus etiquetas del tipo de grasa que contienen. Es el caso de las patatas fritas, que pueden llegar a contener hasta un 34% de grasas o los aperitivos y la bollería, con un contenido del 24%. Los dulces en general tienen un aporte alimenticio muy pobre y casi exclusivo de calorías vacías que proceden de los carbohidratos.

Vigilar la sal
Existen alimentos totalmente contraindicados en caso de padecer problemas de hipertensión. Este problema puede deberse a varias causas, desde alteraciones en las arterias o trastornos de tipo hormonal, pero también puede ser origen de otros problemas como las hemorragias cerebrales. En estos casos, es importante seguir una dieta libre de grasas y sal.
La sal hace que el organismo retenga más líquidos, lo que produce una presión sobre las arterias, con lo que se produce la presión arterial. A la hora de sazonar los alimentos, se puede sustituir la sal por hierbas o especias como romero, albahaca o laurel. También conviene evitar las carnes ahumadas o curadas, los embutidos y salchichas ya que son ricas en sal, así como el queso, los vegetales en salazón como los pepinillos y los frutos secos. En general, los alimentos ricos en grasas saturadas aumentan el nivel de colesterol en la sangre y pueden producir trombos en las arterias y dificultades en la circulación sanguínea.

El embarazo es una etapa durante la cual las mujeres deben limitar el consumo de ciertos alimentos. Es el caso de los platos que tengan un alto contenido graso, como los embutidos, los guisos con demasiado aceite o las salsas elaboradas con nata, mantequilla, mayonesa, los estofados o la repostería. Los platos picantes o con demasiados condimentos pueden irritar la mucosa gástrica y los muy azucarados, al ser alimentos ricos en calorías, provocan digestiones más lentas y pesadas. Además, es preferible no coger un exceso de kilos durante los meses de gestación.

No hay comentarios: