Los caldos de la cosecha pasada son de excelente calidad, según su autor José Peñín «Las denominaciones de origen no son sinónimo de calidad», asegura el experto
30.04.08 -
PAZ SÁNCHEZ PINTOR (diario hoy)
José Peñín en la parte baja de la vinatería Pámpano, donde se desarrolló la cata.
Si algo le falta a los vinos extremeños no es calidad sino publicidad. Un estudio desprendía que un alto porcentaje de madrileños no conocían nuestros caldos, pero que al asociarlos con otros productos, como los quesos o el jamón, le presuponían gran calidad. Cada cosecha es diferente, y la del 2007, debido a las altas temperaturas, ha resultado mejor que la del 2006, según el escritor y periodista vinícola, José Peñín. «Los buenos vinos nacen de maduraciones lentas, mucho calor de golpe supone una pérdida de aromas», explica el responsable de la Guía Peñín. Esta publicación se ha interesado por los vinos extremeños, unos 140, y ha recalado en Almendralejo, concretamente en la vinatería Pámpano para realizar una cata. En la pasada edición probó más de 8.000 vinos. No solamente se detallarán los mejores, sino que aparecerán todos en la próxima publicación de octubre de 2008, se dará fe de lo bueno y de lo malo.
Obra humana
Para la Guía Peñín la calidad de los caldos extremeños gira en torno a la climatología mediterránea- continental, y no es positivo para determinadas variedades que haga calor cuando anochece. En este sentido, destaca las variedades autóctonas como la cayetana o blanca sobre otras más modernas como la cabernet o merlot. «El vino es una obra humana, es un producto manipulado y dependerá del aprovechamiento que el hombre haga».Para Peñín, la mejora de los vinos extremeños pasaría por una mayor proyección de estas variedades, y que su maduración sea acorde con las temperaturas. «Con respecto a otras variedades, no soy partidario de la tempranillo, sino de las de ciclo largo como petit verdot o garnacha tintorera, que los vecinos del Alentejo la están utilizando y la mezclan con la tempranillo». El experto vinatero cree que las cepas deberían adaptarse para una maduración lenta que resistan mejor el calor.Uno de los defectos que tiene Extremadura, común al sur de España, según José Peñín, es la mala conservación en las bodegas. «Cuando pruebas el vino después de la fermentación es excelente, pero al cabo de los tres meses se ha perdido la fruta». Critica también el poco dinamismo exportador de las empresas vinícolas extremeñas. Cabe recordar, que de las marcas pertenecientes a la DO Ribera del Guadiana, sólo el 50por ciento cuenta con un departamento de exportación. «No es un recién llegado a este mercado», apunta el responsable de la publicación.No es la primera vez la Guía llega a Extremadura, pero sí es novedad que se haga a través de la iniciativa privada y no por la Denominación de Origen Ribera del Guadiana. «Las D.O. no son sinónimo de calidad, simplemente es una situación geográfica, que no es poco», comenta el periodista. Como en todos los sectores, el consumidor del vino se ha vuelto más exigente y Peñín asegura que en los últimos años los vinos baratos han mejorado más que los que se colocan en lo alto de la pirámide.
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